“….Pegadas entre las tapas del libro de mi existencia habitual están las fotos que articulan mi vida, muchas veces mirándome fijamente con ojos de fantasma en mis pesadillas. Llenan cuadernos de notas, bien mostrándome no haciendo nada o bien no dejando nada por hacer. Ya no me afeito y ya no fumo cigarrillos, pero tampoco los odio. La muerte es una jaula de silencio en la cual caer como en un segundo trabajo donde encuentro cosas que hacer para mantenerme ocupado. Mi vida es realmente muy simple y lo simple es el mapa de mi recorrido sagrado…”
Así empieza el ensayo “La Fotografía es un accesorio de la supervivencia” de Rhio9 a quien tuve el placer de conocer a través de JPG Magazine. No hace falta profundizar mucho en la obra, para darnos cuenta de que nos encontramos ante un fenómeno – un monstruo – en el mejor sentido de la palabra. Y el sólo intento de escribir algo que cercanamente represente la vastedad que abarca este gran outsider de la fotografía, tiene que fracasar. Pero cuanto más miro y remiro sus fotos y leo fragmentos de sus incontables ensayos, tanto más crece mi admiración, y con ella, las ganas de compartirlo…
Rhio9 es, sin duda, el heredero de lo mejor que ha producido la contracultura americana, en la que todas las expresiones de la calle se convirtieron en una poética del desafío y un hacha para despedazar lo convencional. Rhio9 es hijo legítimo de Charles Bukowsky y nieto de Kerouac, Ginsberg y Burroughs y toda la pandilla de locos con sus músicos incluidos. Pero con esto no he dicho nada todavía. En verdad, Rhio9 no traza límites entre la fotografía y la música y la poesía y la política y la adicción y el dolor y el gozo y la comida y la vida cotidiana con todos sus pequeños éxitos y fracasos.
En el perfil de su blog se lee
Sexo: hombre
Horóscopo: Aries
Datos personales: Músico. Fotógrafo. Escritor. Humorista Oculto. Poeta Zen. Trotamundo. Granjero (tipo) Old MacDonald, Baterista, Pianista, Compositor, Instructor de Música, Monje Zen Transformacional&Experimental.
Así, todos con mayúscula y separados por un punto, como acentuando el hecho de que él encarna completamente a cada uno de ellos…
Luego vienen largas listas de sus intereses, y libros, películas y música favorita, donde aparecen también los nombres de Alan Watts, Aldous Huxley y D.T. Suzuki, cuya influencia es, más que notoria, liberadora.
Si tuviera que resumir, diría que Rhio9 es, ante todo, un poeta: un poeta del infierno americano y explorador de los abismos del alma. Difícil estimar su edad, pero calculo que tiene entre 50 y 60 años. Y en estos años ha probado, experimentado, ingerido y vivido TODO lo que estaba a su alcance. Y como todos los que han pasado por el infierno, está curtido y macerado por el dolor y las miserias humanas, y es invulnerable donde la mayoría desfallecería o armaría un enorme escándalo. Y si hay alguien que sabe de infiernos, ese es Rhio9. Al igual que miles de miles de personas que no se comportan según la norma, fue lanzado a la jauría de los psiquiatras y sometido al tratamiento con neurolépticos y forzado al círculo infernal de los ‘discapacitados mentales’… No quiero ahora explayarme sobre este tema que daría para libros enteros, tan solo decir que muy pocos logran salir de las mazmorras psiquiátricas, y menos aun solos y por voluntad propia, ya que con esas prácticas criminales se acaba por deshumanizar completamente a los pacientes. Pero Rhio9 es uno de ellos. Con él no han podido. No hay arma que haya podido someter o acallar a este volcán, este aullido cósmico, esta tremenda energía creadora unida a la honestidad devastadora que suelen tener los que no tienen ya nada que perder. En este viaje de pesadilla, pero viaje liberador al fin, la fotografía forma parte sustancial de su resistencia y supervivencia. No hay diferencia entre la vida y la fotografía. Vivir es fotografiar y fotografiar es vivir.
En “La fotografía es un accesorio…” (que escribió motivado por uno de los insulsos temas propuestos por JPG Magazine, titulado “My precious”, con el que llaman a la comunidad a participar con una historia sobre sus cámaras favoritas) dice:
“La supervivencia no trata de aguantar o acomodarse con ser una contradicción aburrida, esterilizada y cuarentenizada, sin apoyo existencial, viviendo a punta de antibióticos y narcóticos…”
Y en un pie de página a al mismo ensayo añade:
“…. Cada foto que tomamos, cada vez que apretamos el obturador, sale de un impulso de supervivencia. Del deseo de no estar separados. De ser íntimos… y Uno con todo…”
Rhio9 toma fotos con cada abrir y cerrar de ojos, compulsiva y obsesivamente, con cualquier cámara y de cualquier formato. Su obra, por consiguiente, es descomunal. Muchas veces junta sus fotos en ensayos o historias (91 historias sólo en JPG Magazine) con títulos tan provocadores como: CLONAZEPAM/KLONEPIM: Kicking the Underground, Beauty & the Bukowsky, Exhibit, Sadness, Streetcorners, Café, The Origin of Number 9, The missing answers, Narcissism, Escape from San Francsico Hospital, Confessions of a Camera Phone, Essay on photography scrawled on a bathroom wall, etc., y que dan de por si una idea de los vastos campos que recorre este hombre.
Las fotos de Rhio9 son mucho más que fotos. A menudo no le basta una simple foto y experimenta con diferentes técnicas y materiales que tiene a la mano, rompiendo los marcos y desplegándose y desparramándose en todo sentido. Sea lo que fuere que fotografiara – un lado de su rostro, el piso, una cama de hospital, una oscura calleja, un perro o el tobillo de una mujer – sus imágenes siempre trascienden lo fotografiado y apuntan a lo que no se puede ver y a lo que no se puede decir, aparentemente burlándose de por medio de las reglas de la fotografía y de lo políticamemente correcto – cosa que debe encrispar a muchos. No vamos a encontrar en él ninguna venia a la convención. Antes bien se desnuda y exhibe ante nosotros sin tapujos y sin pornografía, y sumerge los negativos de las miserias del hombre en la bandeja del revelador y nos las muestra en los infinitos matices de sus blancos y negros. Y aun cuando su lente se vuelve melancólico hacia el paisaje de su campiña natal, sigue apuntando, en verdad, a los paisajes del alma, y hay algo oscuro y una infinita tristeza en esas fotografías, aun cuando son de color. Y es esa infinita tristeza que lo impregna todo – a veces calma y profunda como un océano, o aguda y cortante como un dolor insoportable – que les da esa dimension de la que 99.9% de las fotos que circulan por internet carecen. Rhio9 no fotografía un paisaje, él es el paisaje – y la cámara y el ojo y el hombre. Entre lo que mira, mirar y lo mirado no hay diferencia.
Demás está decir, que hacer una selección representativa de la obra fotográfica de Rhio9 no es tarea fácil, por no decir imposible. Las fotos que aparecen aquí las he elegido entre las más recientes y guiada por su formato Holga, el tipo de cámara que, en mi opinión, le sienta como un guante.
Quiero terminar este post, sin pretenciones de haber dicho nada nuevo o importante, con el ultimo párrafo de su ensayo “La fotografía es un accesorio…”
“…Lo que empezó como una broma sobre el saber algo sobre fotografía, se convirtió para mí en una verdad que ya no puedo eludir. Me mira fjamente a la cara todos los días. Cada vez que tomo una foto lo veo: Si sabes la diferencia entre un bus stop y un f/stop, ya sabes demasiado.»
Links:
JPG Magazine
Rhio photo blogger
My train of thought has no caboose
Bad food but plenty of it
Flickr